lunes, 8 de noviembre de 2010

Alfie

Ver Alfie me ha hecho ver que estoy equivocado con la idea que tengo de las personas. Bendito sea el gracias de un egoista, o el reconocimiento de un error de una persona chula y prepotente. La personalidad es algo tan… extraño. Cuando nacemos, somos de una manera, y lo que hacemos al crecer, es ir alimentando esa personalidad hasta formarla del todo, cuando nos damos cuenta de cómo somos realmente. Si somos avariciosos, lo sabemos, si somos unos capullos, lo sabemos, pero también sabemos que no vamos a cambiar si es así como queremos ser, y si es así como nos identificamos y dejamos nuestra huella a nuestra manera.

Alfie era una persona pobre, interiormente hablando, se aprovechaba de las mujeres, porque creía que la felicidad proporcionalmente con el número de mujeres con las que se acostaba, desordenado, manipulador, víctima de las últimas tendencias y de la moda, una persona superficial hasta decir basta. Tal vez el único valor que saco de él, y es un valor fundamental, es el estar muy seguro de uno mismo, no tener miedo a decir lo que piensas, de actuar, no tener en cuenta la opinión de los demás o tener una visión premeditada de que los demás te adoran. He de decir que soy una persona prepotente, hasta cierto punto, sin dar asco, porque creo que un poco de chulería no viene mal, sentirte el mejor, te puede ayudar en muchas cosas. Solo vimos el principio y el final de la peli, pero sinceramente me imagino el resto. Darse cuenta de que no eres el más duro, darse cuenta de que no eres el más guapo, cuando te lo tienes creído y llevas viviendo toda la vida con eso duele, y lo peor, darse cuenta de se tiene sentimientos, eso sí que duele. Alfie se vuelve más introvertido, se vuelve una persona sincera, sin miedo a estar por debajo de los demás mientras diga lo que de verdad siente, descubre que el también lo puede pasar mal, que la imagen que el tenía suya, no es así del todo, que su personalidad tiene muchas grietas y surquitos, algunos tan grandes que los ve como el mismo Gran Cañón.

Creía que una persona no podía cambiar. Sé que es una película, que lo que pasa ahí no es verdad, pero dándole vueltas y vueltas, qué pasa, ¿Qué una persona que tiene defectos no tiene derecho a retractarse?

PD: pensaba que la asignatura de religión iba a seguir siendo un lastre que tenía que aguantar hasta que saliera del Claret, pero este año, he de decir, que la asignatura con la que mejor cara entro a clase, es religión. Me gusta añadir notitas y apuntes a la libreta de mi vida. Tengo un blog en internet que suelo escribir cuando puedo y cuando creo que puedo escribirlo, y algunas de las clases de religión me ayudan a darle la coletilla final a mis entradas. Gracias.

Fer.

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